VIDA EN MEDIO DE LAS TINIEBLAS

 

VIDA EN MEDIO DE LAS TINIEBLAS

 

Por: Luis Alberto.

 

 

 

La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.

 

Eze 37:2  Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.

Eze 37:3  Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes.

Eze 37:4  Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová.

Eze 37:5  Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.

Eze 37:6  Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

Eze 37:7  Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso.

Eze 37:8  Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.

Eze 37:9  Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y dí al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.

Eze 37:10  Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.

 

Ningún poder creado puede restaurar los huesos humanos y darles vida. Sólo Dios puede hacerlos vivir. La piel y la carne los cubrieron y, entonces, al viento se le dijo que soplara sobre estos cuerpos; y volvieron a la vida. El viento es figura del Espíritu de Dios y representa su poder vivificante. La visión era para alentar a los judíos desfallecientes; para anunciar su restauración después del cautiverio, y la recuperación de su dispersión al presente tan prolongado.

 

También era una clara alusión a la resurrección de los muertos; y representa el poder y la gracia de Dios en la conversión a Él de los pecadores más desesperanzados. Miremos a Aquel que, al final, abrirá nuestras tumbas y nos sacará para juicio, para que nos libre del pecado, ponga su Espíritu dentro de nosotros, y nos guarde para salvación por su poder por medio de la fe.

 

Esta visión ilustra la promesa del capítulo 36, una nueva vida y una nación restaurada, tanto física como espiritualmente. Los huesos secos ejemplifican el cautiverio judío: esparcidos y muertos. Ezequiel sintió que quizás hablaba a los muertos cuando predicaba a los cautivos porque casi no respondieron a su mensaje. ¡Pero estos huesos respondieron! Y de la misma forma en la que Dios vivificó los huesos secos, volverá a dar vida a su pueblo espiritualmente muerto.

 

 Los huesos secos representaban la condición de muerte espiritual del pueblo. A lo mejor su iglesia le parezca un montón de huesos secos, espiritualmente muertos sin una esperanza de vitalidad. Pero de la misma manera que Dios prometió restaurar a su nación, puede restaurar cualquier iglesia, por seca o muerta que esté. En vez de rendirse, ore pidiendo una renovación, ya que Dios puede restaurarla a la vida.              La esperanza y la oración de toda iglesia debe ser que Dios deposite su Espíritu en ella. En efecto, Dios está obrando al llamar a su pueblo para que vuelva a El, dando vida nueva a las iglesias muertas.

 

 Al Mesías se le llama a menudo David debido a que desciende de él. Este fue un buen rey, pero el Mesías será el Rey perfecto.

 

 La promesa de Dios aquí va más allá de la restauración física y geográfica de Israel. Promete dar una nueva vida espiritual a su pueblo para que sus corazones y actitudes sean las correctas hacia Él y unidas entre sí. Este mismo proceso se describe a través de la Palabra de Dios como la purificación de nuestros corazones mediante el Espíritu de Dios.

 

Esta profecía está vigente en estos tiempos donde tenemos que darle vida a nuestros huesos secos y nuestros cuerpos muertos espiritualmente para levantarnos  con fe en nuestro redentor JESUCRISTO declarando que es  SEÑOR  de señores  y REY de reyes creyendo a su palabra y poniéndola en práctica con nuestra actitud y testimonio en todo momento.

 

 

                                                            DIOS  TE BENDIGA.

 

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